El día de hoy les quiero
hablar sobre una de las partes de la historia que más me gustan y sin duda
alguna, una de suma importancia.
No estaba destinada a ocupar el trono, pero su determinación le permitió
conquistarlo. Ya dueña de la corona, ejerció por sí misma el poder y llevó al
reino de Castilla a la cúspide de su prestigio. Estamos Hablando, de Isabel I
de Castilla.
Isabel nació el 22 de Abril del año 1451, en el Convento de San Agustín,
en Madrigal de las Altas Torres en Castilla. Era hija de Juan II de Castilla y
de Isabel de Portugal. Su hermano Enrique IV fue el heredero natural al trono
una vez fallecido su padre y aunque la tradición imponía que a Enrique IV lo
debía suceder su hija Juana La Beltraneja (llamada así por el rumor que era
bastarda de Beltrán de la Cueva), nada de ello se cumplió, ya que el propio Enrique IV a
través del pacto de los toros de Guisando desestimó a su hija y nombró heredera
al trono a su hermana Isabel.
Isabel estaba comprometida desde sus primeros años de edad con el
príncipe Fernando de Aragón, en tanto, cuando cumplió los 18 años, en el año
1469, sellaron oficialmente el compromiso casándose. Tal situación despertó la
ira de Enrique IV quien decidió desheredar a su hermana y rehabilitar en la
sucesión a su hija Juan. Una vez que en
el año 1474 fallece el rey Enrique IV se suscita una ardua disputa sucesoria
que deviene en guerra civil; por un lado, un sector de la nobleza reconocía a
Isabel y por otro lado había otra facción que proponía a Juana.
A pesar de contar con el apoyó portugués por haber sido desposada por
Alfonso V de Portugal, Juana quedó al margen y su tía Isabel asumió como reina
en el año 1474.
En 1479, su esposo Femando II hereda el
trono de Aragón con lo cual se produce la fusión de ambas coronas: Castilla y
Aragón.
La propuesta de ambos monarcas, Isabel
y Fernando, era compartida: fortalecer el poder real dentro de sus reinos, estimular
la economía y fortalecer en materia exterior a España.
Los pilares económicos, por su lado,
fueron un estricto sistema fiscal, promoción de la ganadería ovina y el
comercio de lana y en materia de política exterior, como dijimos, fue
sustancial la expedición que la reina acompañó y que terminó descubriendo
América.
Y como no podía de ser otro modo,
Isabel I, defendió la fe religiosa a ultranza creando el tribunal de la
inquisición que se ocupaba de garantizar la ortodoxia católica y también expulsando
a los judíos y musulmanes del territorio español.
El 26 de noviembre de 1504 fallece a
los 53 años en el Palacio Testamentario de Castilla a causa de un cáncer de
útero. La sucede su hija Juan I, más conocida como Juana La Loca.
RECOMENDACIÓN:
Una de mis series favoritas se llama Isabel. Es española y cuenta la vida de Isabel de Castilla. Muchos pensarían que es aburrida, pero la verdad es que es buenísima y cuenta la historia desde otra perspectiva, haciendola ver mucho mas atractiva,. De verdad se las remoniendo,
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